sábado, 19 de mayo de 2012

De Mochilera en NEW YORK City

                                       Vista panoramica desde el Empire State

Sentadita descansando en Central Park

Habiendo vivido en Estados Unidos y conociendo algunas de sus ciudades más importantes, decidí que era imperdonable no haber puesto aún mis ´paticas´ sobre Nueva York, así que estando en Miami revisé mis finanzas para darme cuenta que aun cuando no estaban boyantes, podía asumir semejante aventura a ´bajo costo´, como en efecto lo hice. Claro, al final concluí que aunque efectivamente disfruté muchísimo haciendo todo lo que pude en escasos 4 días, debo regresar, pero con el bolsillo holgadito porque en aquella ciudad maravillosa hay mucho quehacer y todo, todo, cuesta dinerito. Sin embargo, y en especial para quienes quieran arriesgarse a ´patear´ NY sin muchas pretensiones, les voy a narrar mi itinerario…

Impelable la foto desde el avioncito

Lo primero que me propuse fue tratar de conseguir un vuelo ´barato´ ida y vuelta desde Miami, y entre una oferta y otra, resolví viajar con Spirit y compré los tiquetes On Line por $255 con impuestos incluidos. Pude haberlo hecho por unos 20/30 dólares menos, pero en horarios que me impedían aprovechar el día entero en New York. Lo que hay que tomar en cuenta es que este tipo de líneas aéreas compensan sus bajos costos cobrando por equipaje, así que hay que tener ese detallito bien presente. Como yo llevaba solamente mi mochilón ´One Carry On For Free´, no me di mala vida; sin embargo, un encargo de esos locos de última hora me generó un egreso de $45 al retorno, solamente por el derecho de montarme en el avión con una bolsa que contenía un par de American Girl, las muñecas más feas y caras de la vida, por cierto, y que me perdonen los gringos!
Porsia, si van y les hacen encargos, tomen en cuenta tarifa por equipaje extra

Hay otros, pero yo viajé ida y vuelta por el Aeropuerto La Guardia. En cualquier caso, la recomendación es la misma. Me fui enseguida al Ground Transportation donde me atendió una señora con suprema amabilidad, cualidad generalizada en el neoyorkino orgulloso de su ciudad, abrió un mapa que luego me obsequió, me señaló dónde estábamos y me preguntó adónde quería ir. Le dije que a Times Square, aunque ni idea… era solo para mí un punto de referencia, pues apenas era la 1 de la tarde y me encontraría con la amiga que me dio posada después de las 6 pm en Columbus Circle, en la esquinita sur-oeste de Central Park. Ah, por supuesto le dije que no me recomendara un Taxi porque iba de mochilera con bajo presupuesto!!! Igual al consejo de mi amiga, me sugirió comprar el ´MetroCard´ para viajes en Bus y Trenes ilimitado por una semana por solo $29. Eso lo resolví allí mismo en el Aeropuerto en una maquinita que lo dispensa pagando en efectivo o Tarjeta de Crédito. Y les digo que es lo ideal porque un ticket individual para un solo viaje cuesta $2,25. De tanto andar, en un par de días ya le había sacado el costo. Así que este es otro Tip de interés para quienes vayan limitados de dinerito.
Mapa de NYCity y tarjeta de Metrocard, herramientas necesarias
para jurungar la ciudad sin perdida de tiempo y a bajo costo

Con mi mochila trepada y mi Metrocard en la mano, tomé el Bus M60 en la puerta del aeropuerto y tras un breve recorrido me bajé en Astoria Boulevard, donde debía buscar la estación del tren que me llevaría a Times Square. OJO! es fácil confundirse tomando el tren, por eso es importante siempre cargar un mapa encima y chequear la ruta antes de abordar para evitar contratiempos. Más allá del color de la línea, son importantes las letras de los vagones, además de saber si se desea ir UpTown o DownTown, tomando en cuenta dónde estamos y adonde queremos ir, pues los trenes hacen los recorridos de arriba abajo o a lo largo de Nueva York, mientras los buses hacen lo propio, pero a lo ancho. Cuando los vagones son muy viejos, ni tienen señalización digital interna ni el operador nombra las paradas. Hay que estar pendiente, entonces, de lo que se pueda leer en las paredes cuando el tren se detiene, preguntarle a algún vecino de asiento cuánto falta para tal o cual estación, y quizás, lo más importante, no quedarnos dormidos si logramos conseguir asiento en las horas pico.

Impresionante llegar por primera vez a Times Square

Ubicadas las escaleritas, el mirador por excelencia en Times Square
  
Llegar a Times Square es mucho, es demasiado… La referencia que me llevó a seleccionar ese lugar como mi primera incursión en New York fueron unas fulanas escaleritas donde la gente se sienta a tripearse un escenario que incluye, primero, un gentío, una muchedumbre deliciosa, heterogénea, políglota, y segundo, todo tipo de tiendas de suvenir, y comercios enormes, iluminados y titilantes a cualquier hora, restaurantes, vendedores del ´Bus Turístico´, entradas para shows, teatros, musicales y mas, mas y mucho mas…
Una estampa normalita en NY, los buses turisticos por doquier

El bus turistico es una buena opcion, aunque yo preferi andar a punta de MetroCard; sin embargo, creo que he debido al menos contratarlo para el recorrido nocturno que luce interesante...
Al bajarme del tren ya estaba en la calle 42 con la 7ma Av. Excelente, pensé, ahora a dar con las escaleritas. Enseguida me abordaron los vendedores del Bus Turístico, unos negrazos grandotes con chaleco rojo y su correspondiente distintivo. No los pelé, y no precisamente porque iba a comprarles sus productos pues había decidido ´patear´ NY a punta de Metrocard, sino porque necesitaba que me dijera cómo llegar a mi destino inmediato. Uno de ellos trató, sin embargo, de venderme algún paquete, pero en vista que no lo lograba, cerró el panfleto, me apuntó su nombre y número de teléfono sobre éste, me lo entregó y me dijo: ´If you just want to have fun in New York, Really Fun, call me please anytime and I´ll give you a great GREAT fun. ¡I promise! you won´t be regreted…´. Y de paso me dijo todo esto con ojitos de galán enamorado, pero como lo cortés no quita lo valiente, y era mi primer ´levante´ por aquellos predios, le acepté gustosa la oferta (aunque of course lo dejé  entendiendo…) a cambio de que me dijera dónde carrizo estaban las escaleritas. ´Honey, walk all the way straight ultil St. 47…and don´t forget I´ll be waiting for your call´.


 Estas son las famosas escaleritas de la St.47 en Times Square

Y esto Times Square despues de medianoche... !Siempre un gentio!
Bien, aún tenía 3 horas disponibles antes de encontrarme con Katty. Ya había decidido irme a Columbus Circle caminando, pues en el mapa se veía cerquita (jaja), en la St. 59 con 10ma. Av. ¡Imperdible! Así que antes de trepar la escalera o iniciar mi prevista caminata, busqué un sitio para comer algo, y así entre a ´Bubba Gump Shrimp´ y me ubiqué en la única mesita que quedaba libre en el segundo piso con vista a la calle. Un privilegio, pues me dio la oportunidad de alejarme del ´ruido´ manteniéndome en el ´mundanal´, y brindar conmigo misma con una copa de vino tinto que, junto a una deliciosa ensalada con camarones, no me costó más de unos $23 con todo y propina. Por supuesto, pude haber gastado la mitad comiendo ´callejero´ pero eso quedaría para otro día, como en efecto lo hice tras visitar el Empire State cuando me almorcé una especie de ´shawarma´ y una botellita de agua por $7 y por otros $3 me compré una bolsita de almendras recién rostizadas, por demás espectaculares. Todo rico y muy nutritivo. Otro almuerzo/cena delicioso fue el que me regalé otro día en ´Dallas BBQ´ en pleno Times Square, donde por una hamburguesa enorme elaborada con ´smoked meat´, full papitas fritas y mi correspondiente copa de vino tinto ´Merlot´, pagué unos $20, también con todo y propina, y me rindió hasta el día siguiente.
 Mi primera fotico en NYCity, almorzando en Bubba Gump Shrimp

Y con la barriguita llena, me sente a descansar
en el ultimo escalon de las escaleritas de la St. 47 en Time Square
Lo importante, si es la primera vez que uno va a New York, es hacer una vuelta de reconocimiento lo más amplia posible y visitar los lugares icono. Así, al día siguiente decidí irme al sur de Manhattan para recorrer el Financial Trade Center y sus alrededores, todo a pie con zapatos cómodos, y llegar hasta el puerto donde se toma el ferry a la isla donde está la Estatua de la Libertad. El costo por pasajero es de $13 e incluye el transporte, además, a Ellis Island que guarda un sinfín de historias de inmigrantes.

Aca St. Paul Chapel, una iglesia donde se le rinde tributo a los caidos el 11 de septiembre, y al fondo una de las torres que supliran a una de las gemelas

Aca esta la rorre, enorme, tanto asi que sigue su construccion hacia arriba y pronto sera mas alta que el Empire State. En otro angulo veran las dos...

Desde el ferry a la isla de la Libertad se observan las dos torres que suplen a las gemelas

Como para cualquier "atraccion", tambien para ir a visitar a Lady Liberty hay que hacer una cola

Paciencia piojo que la noche es larga... Para montarse en el ferry hay que pasar por una especie de aduana donde lo revisan a uno cual si fuera un aeropuerto
Acá hay que estar bien pendientes, pues es normalísimo que al regreso se embarque uno en el bote equivocado y vaya a parar, como me paso a mí, a una tercera islita que es donde se toma el tren a Queens. Sin embargo, no es mal de morir si se conserva el ticket, pues enseguida te lo validan y te indican qué hacer para regresar a NY, pasando, una vez más, por controles de revisión tan estrictos como los de cualquier aduana de aeropuerto. Ya en tierra ´firme´ eché andar de nuevo para tomar el tren ´UpTown´ y bajar lo más cerca posible de la 5ta. Av. que es otro icono impelable, aunque si de compras se trata, mejor váyase para otro lado porque allí todo es carísimo. Obviamente, yo tenía encargos que comprar y me fui derechito a la tienda de American Girl repleta de judíos con mucho real y un montón de niñitas, y algún que otro venezolano, también con real, que pude reconocer por nuestro acento inconfundible. En fin… De allí, y cargando con par de monigotas, derechito a Times Square, pues además de ser un lugar que me capturó desde el principio, me quedaba excelente para tomar el tren de regreso a casa de mi amiga. Allí me deleité mi mega burger en el Dallas BBQ. Para mí, ampliamente recomendado!!!
Al mas puro estilo CSI New York, imposible no tomarme una fotico con los policias, a quienes este tipo de solicitudes acceden encantados, pues entienden lo que es el turismo, asi que antes de irme a tomar el metro, le pedi a un transeunte que inmortalizara, para mi, este momento...

Otra foto icono es la de esta "bola" que aun cuando no se que significa, los gringos la montaron alli tras rescatarla de la tragedia del 11S, por la expresion de Carita Triste con la que quedo...

Estacion del tren, metro o Subway" como le dicen por alla

El tercer día fue intenso, muy intenso. Mucho por hacer y el tiempo demasiado corto. Así que organicé mi itinerario de la siguiente manera: desayuné en casa y salí poco antes de las 9 am derechito hacia ChinaTown, pues es imperdonable dejar de curucutear el perolero que venden los ´paisanos´ a unos precios buenísimos. En los alrededores de Time Square había visto un bolso ´suvenir´ que me gustó mucho. La etiqueta marcaba $29,99 y donde los chinitos lo conseguí, el mismísimo, en $15, por supuesto regateando. Así que mosca con compras compulsivas en lo que a recuerditos se refiere. Vea, pregunte y luego compre esas menudencias en ChinaTown, donde de paso es normalísimo que se le acerque cualquier chinita ofreciendo carteras de las marcas más famosas a precios ridículos. Por supuesto, no son originales sino los que algunos llaman ´imitaciones certificadas´ que de verdad meten la coba. Por allá noté algo que me llamó la atención, y fue observar que los chinos son amables y mucho más expresivos con todos, asiáticos o no, al punto que prácticamente conviven codo a codo con los ´maquediche´ de la Little Italy. Por supuesto, se lo achaco a las bondades del turismo.
Full de negocios de todo tipo esta ChinaTown

Los suvenir baratones, mejor comprarlos en ChinaTown

Impelable un buen ´capuchino´ en Little Italy 

Bien, y abandoné ChinaTown sin probar bocado, a pesar que esa era una de las recomendaciones que me habían hecho con insistencia, pero necesitaba ganar tiempo para llegar al Empire State y treparme allí para observar New York en sus cuatro costados. Llegué a destino entre tren y bus. Sobre la 5ta. Av. con St 34. Allí está ubicado este espectacular rascacielos donde se filmó King Kong, asuntillo que obviamente saben aprovechar los gringos.

No fui yo quien llegue en limosina, pero son vehiculos normalisimos en NY

Otra impelable... !la fotico con King Kong en el Empire State!
El ticket para subir hasta el piso 86 cuesta $23. Adicionalmente ofrecen audífonos y otro montón de cosas opcionales, así como la fotografía que le toman a uno a la entrada, por supuesto para después vendértela a la salida. Comprarla ¡It´s up to you! Desde el piso 86 la vista es impresionante, y por si fuera poco, por algo más de dinero, aunque no pregunté cuánto, se puede llegar hasta el piso 102. Yo, francamente, me di por bien servida y no opté por más alturas… Norte, Sur, Este y Oeste. Todo NYCity está al alcance de la mano, o mejor dicho de la vista, desde este mirador icono de la ciudad, aunque hay quienes aseguran que ´Top Of The Rock´ del Rockefeller Center no tiene nada que envidiarle. Como a ese no fui, no opino, será para la próxima, como también será para esa otra oportunidad subir al Empire State, pero de noche, pues imagino que el espectáculo de luces debe ser, simplemente, de eclipse, impactante y abrumador.

Antes de subir al Mirador, hay que echarle un vistazo al museo de los constructores
Me encanta esta foto tomada desde el tope del Empire State

El piquito del Empire State se ilumina todas las noches, con luces de diferentes colores, que son alusivas a algun tema de interes o impacto, en ese momento

Delicioso y barato comer ´callejero´... No se lo pieerdan!!!

Tras mi almuerzo callejero de shawarma y almendras rostizadas, me fui derechito en tren a Times Square para hacer la cola debajo de las escaleras de la St 47, donde se compran las entradas en remate diario para cualquier show, teatro o musical, con descuentos de entre el 20 y el 50%. No tenía la más mínima idea de qué quería ir a ver, casi me daba lo mismo, pues de cualquier modo nunca había estado en un musical en Broadway, y ese ´despiste´ fue precisamente lo que me fregó y les explico por qué…

Arriba ven el final de las escaleritas de Times Square, y abajo la venta/remate de entradas para los espectaculos del dia. Uno tarde cerca de 45 minutos desde que se mete en la cola hasta llegar a taquilla, pero vale la pena ahorrarse un dinerito si se va con el bolsillo ajustado
La colita camina rápido, sin embargo, hay que invertir unos 45 minutos en llegar a la taquilla donde la gente es muy amable pero siempre está apurada porque sabe que hay una fila de personas por atender. No saber qué quieres ir a ver le da la ventaja al taquillero de ofrecerte lo que a éste se le antoje, por lo general las entradas más costosas, así que medio decepcionada me salí de la cola para sorpresa de mis vecinos y en cuanto crucé la calle me topé con un teatro todo rosadito, full de luces titilantes y un montón de gente adentro haciendo cola, así que me dejé de tonterías, entré y me compré la entrada para ´Priscila, The Queen Of The Desert´, que por fortuna estuvo de lujo y facilito de interpretar. Y aun cuando una vez más me di por súper bien servida, les cuento que si hubiera tenido la cosa clara, esa entradita me habría costado la mitad en la taquilla debajo de las escaleras, a escasos pasos del teatro, y eso dicho por la mismísima chica que me la vendió… ¡Sorry for me!

Alli esta el teatro donde me disfrute el musical "Priscila, The Queen of The Desert"

Por $10 dolares, un vinito tinto en un vasito de recuerdo
Tenía un par de horas libres antes de que comenzara el musical, así que me metí en Forever 21, una tiendita buenísima con tres pisos de mercancía y unos precios fabulosos, tomando en cuenta que fui de mochilera y sin pretensiones… Allí me compré el atuendo para la función, es decir, una camisita de $12 para cambiarme y lucir de estreno. Justo al lado está la tienda Disney, no tan espectacular como Toys R Us ubicada en la esquina, pero igual de alucinante, y pedí las ´facilidades sanitarias´ para acicalarme lo mejor que pude tras un día memorable. Refrescada y renovada, pues siempre hay que cargar cepillo y pasta de dientes, maquillaje y afines, me eché de nuevo a la calle, y cuando dio la hora, entré el teatro, me compré mi vasito suvenir de vino tinto que logré que la colombiana que me despachó me lo llenara mas allá de la medida reglamentaria, y una bolsa de ´tostitos´ o algo parecido. El resto, pura emoción!
No imporra la hora, en NY siempre hay luz y a medianoche parece mediodia

Y de nuevo, mas fotos con los policias de NYPD

A la salida me esperaba Katty para la escapadita nocturna de rigor que debe hacer cualquier turista en New York. Caminamos entre un gentío, hicimos fotografías y terminamos cenando en el Dallas BBQ que ya había conocido, una bandejita de camarones exquisitos y alguna bebida espirituosa, para salir muy pasadas la 1 de la mañana y llegar a casa después de las 2 am, en tren y entre un gentío! Es una ciudad que, en definitiva, no duerme!!!
Increible, casi las 2 am y un gentio en el subway

Mi cuarto y último día en NY, so far, de paso hermoso y despejado, fue dedicado a Central Park y al Museo Metropolitano de Arte, que al igual que el Museo de Arte Contemporáneo, me luce muy interesantes. Acomodé mi perolero para no perder tiempo en la tarde, y salí de casa tipo 9 am. Tomé el bus, luego el tren correspondiente y llegué hasta un costado de Central Park sobre St. 79 donde me encontraría con Katty para la despedida por ahora. Ella es una encantadora chica venezolana que por los momentos cuida niños de papás con real, le pagan muy bien y se tripea su trabajo, que por demás es de absoluta responsabilidad. Nos despedimos y eché andar a través de esos espacios espectaculares donde se ve de todo un poco, como en cualquier lugar de New York.
Bellisimos recuerdos de esos dias tan hermoso... Gracias Katty!

Entrando a Central Park desde uno de sus costados...

 En el trayecto me conseguí con unos novios celebrando su boda a quienes por cierto volví a ver 3 horas más tarde subiendo las escaleritas de Times Square; también un par de chicas en bikini tomando el sol mientras otra, a su lado, estaba recostada de una piedra encerrada en un abrigo de invierno. Vi gente disfrutando encaramada en carretas alquiladas, pasea perros de oficio, solitarios, indigentes contando billeticos, trovadores cantando y tocando guitarra, heladeros, grupos, animadores, en fin… Me detuve muchas veces a observar, hacer fotografías y tripearme la cosa, y cuando salí del parque que es inmenso, del Museo que tenía como objetivo, apenas me traje un recuerdo efímero. Será para la próxima. No me arriesgué a dedicarle tiempo porque aun cuando mi vuelo salía a las 7:00 pm, no tenía idea de cuánto tardaría en ir por mis cosas, tomar el tren de rigor y luego el bus M60 que me llevaría a La Guardia, pues me atajaría la hora pico y perder el vuelo no entraba en los planes.

En sana paz y sin mas comentarios... Esta fotico y las que vienen abajo, en Central Park



Y mi foto favorita de Central Park, una verdadera estampa de paz y tranquilidad...

Así que busqué mi equipaje y, pesada como iba, arranqué el periplo para llegar a La Guardia pasadas las 5:30 pm. Allí me di cuenta que la mejor idea fue dejar los museos, además de las miles de otras cosas que hay que hacer en NY, para una próxima oportunidad. Mientras tanto, feliz por haber tenido la dicha de vivir esta aventura y, por supuesto, soñando con la que me tiene reservada el porvenir!...

Todo estuvo buenisimo, incluyendo el alojo en la casa de Katty, que vive al norte de Manhattan en un edificio viejo que hace 80 años, fue hotel para inmigrantes... Todo el estilo neoyorkino!!!
Bien, mucho quedo por hacer, tanto mas en la memoria.... Y si quieren darle un vistazo de las opciones que brinda New York, a modo de referencia les dejo este link, entre muchos mas: https://www.newyorksightseeing.com.

Y mientras tanto, hasta la vista, sin dejar de lado otras de las fotos iconos para cualquier turista en esta magnifica ciudad... Aca va y con esta me despido por ahora!!!




domingo, 22 de enero de 2012

Isla San Andrés ¡Encanto caribeño!

Una delicia de playita...

¡¡¡FELIZ DOMINGO!!!


Paz y Amor entrando al Restaurante La Regatta

Hace justamente un año se me antojó escribir la primera página de L´Andariega para contarles algunas de mis andanzas pateando bosques y selvas, y aun cuando me había propuesto colgar al menos un aporte cada mes, entre una cosa y otra lo descuide; sin embargo, por acá estoy de vuelta para traspasar esta vez las fronteras de lo que acá solemos llamar monte y culebra, y hacer juntos una visita a la paradisíaca isla colombiana de San Andrés, que junto a Providencia y Santa Catalina, integra un archipiélago en medio del Mar de las Antillas, con todo el encanto del Caribe y un mar de siete colores que provoca nadarlo, navegarlo, surfearlo y hasta bucearlo para jurungar las profundidades de sus cayos y arrecifes con un ecosistema tan rico en especies que la Unesco decidió en el año 2000 decretarlo como Reserva de Biosfera ´Sea Flower´, que es el nombre del primer barco de bandera inglesa que se acercó hace siglos por aquellos lares, donde más tarde, al igual que en otras islas caribeñas, coincidieron holandeses, africanos y españoles que dejaron a su paso el sello que hoy distingue a un “raizal” o nativo influenciado por cada cultura, pero con personalidad propia, dueño de su isla, amable, simpático y siempre dispuesto a ceder un lugar a cada visitante con unas ganas que contagian y que dan por válido el slogan que reza: “Colombia: el riesgo es que te quieras quedar”.
Mapita de San Andres

La playita de Haynes Cay

San Andrés es una isla que poco tiene que ver con cumbia y vallenato, pues se mueve más bien al son del reggae recordando al inmortal Bob Marley. Tiene 120 mil habitantes, 60 mil motos y unos 30 Km2 que se recorren facilito en una hora. Su infraestructura hotelera es amplia y variada, pues va desde alojamiento en casas viejas remodeladas para recibir pocos visitantes hasta hoteles construidos especialmente para dar posada a muchos; sin embargo, nada de enormes edificaciones de firmas internacionales ´que se llevan todo y dejan muy poco en casa´, dicho por ellos mismos…


Si me quedara en San Andres, me compraria un yatecito...

Por eso, aun cuando el turista puede pedir un ´todo incluido´ y con gusto se le dará, el ´raizal´ opta en primera instancia por ofrecer alojamiento con desayuno para que salga en la mañana con la barriguita llena, si es su gusto, y con el mejor ánimo le indica adonde puede ir a almorzar y/o a cenar sabroso; dónde rentar un auto, carrito de golf, moto o bicicleta para dar un paseo, cómo llegar al centro en taxi o transporte público barato si es su preferencia, dónde hacer snorkel, buceo o cualquier otro deporte náutico, dónde darse un buen masaje, encontrar una isleña que le haga las ´cangas´ o trencitas en el cabello o salir de pesca artesanal; en fin, le facilitan todos los servicios y la visita a los lugares de interés regentados por otros nativos para que todos tengan la oportunidad de recibir algún beneficio de su visita a la isla.

¡Que vida tan dura, muchachote!

Poquito antes de despedir el 2011 tuve la dicha de hacer este viajecito junto a tres colegas, Yamel, Beatrice y Alejandro, gracias a la invitación que le hiciera la gente de ProExport Colombia, órgano oficial para la Promoción de Turismo, Inversión y Exportaciones, www.proexport.com.co, a la revista Dominical de Últimas Noticias, para la cual hago mis aportes periodísticos. Por supuesto, fue un disfrute magnífico con agenda apretadísima porque en una semana tuvimos que ´aprendernos´ lo mejor de Bogotá, que se los contaré luego, y lo más espectacular de San Andrés, que a eso voy… por lo cual mi maleta estaba dividida en dos: ropa gruesa, chaquetas, botas y bufandas para el fresquito decembrino de la capital, y traje de baño, franelitas, shores, cholitas y afines, además de bronceador (aunque lo recomendable es protector solar) para la playita que me hizo recordar la Isla de Margarita de comienzos de la zona franca cuando los pescadores aun eran su bastión y la zona de shopping casi se limitaba al Boulevard Guevara, o la Bonaire de hace añales cuando mi papá trabajaba allá haciendo la vialidad, se dormía con las puertas de la casa abiertas de par en par, íbamos a comprar frutas y verduras al puerto donde llegaban los barquitos con bandera venezolana, y el antillano saludaba invariablemente, aun sin conocerte, con un amable ´¿Con ta bai?´ y uno respondía siempre agradecido ´Bon´…

El grupo: Yamel, Beatrice, Alejandro, yo y Juliana de ProExport






Muy bien acompañada por la gente de Bibi´s Place en Haynes Cay

Y volviendo al tema, aplaudo tanto la iniciativa del gobierno colombiano como la solidaridad del nativo de San Andrés para con sus paisanos, pues me luce que entienden que el turismo sostenible es una industria económicamente rentable que aporta beneficios al entorno social, siempre protegiendo las bondades que el medio ambiente les pone a su disposición para el desarrollo de la actividad.
Esta foto la tome en Hotel Casablanca, pues la proteccion ambiental es parte de la cultura isleña

Bien, y como supongo que ya se están animando a disfrutar de San Andrés en estos próximos Carnavales, Semana Santa o algún otro asueto a lo largo del año, mejor les cuento cómo llegar a destino y qué pueden hacer por allá durante su estancia en esta islita bañada por aguas de ´Siete Colores´ que vista en el mapa parece un Caballito de Mar…

Impelable el CocoLoco...

Saliendo de Venezuela se llega a San Andrés vía Bogotá en vuelo de casi dos horas por Avianca, y en ese caso lo ideal es reservar aunque sea un par de días para disfrutar esta capital, bien de ida o de regreso. Otro vuelo directo a San Andrés es desde Ciudad de Panamá en vuelo de una hora con Copa. De cualquier modo, la recomendación para los venezolanos (y para los ciudadanos de otros países que tengan control de cambio, si es que los hay…) es averiguar en una agencia de viajes si pueden cancelar el paquete turístico al archipiélago en moneda nacional y así rendir el “cupo” en dólares, tomando en cuenta que para viajar a Colombia el monto autorizado por este gobierno es una miseria. Otra alternativa es cargar una mochilita de bolívares y comprar moneda extranjera carísima, por encima del mercado paralelo, en las Casas de Cambio. Todo visitante nacional o extranjero debe adquirir la tarjeta de turismo en el aeropuerto de origen a un costo de 24 dólares americanos.

Aqui hicimos el curso de entrenamiento practico para Buceo
Nosotros nos alojamos en el San Luis Village, un hotelito sencillo pero de lo más confortable frente a la playa, donde sin temor a nada puede uno dormir con las ventanas abiertas para disfrutar de la brisa, el olor a salitre y el murmullo de las olas del mar. Y si se quieren ir a dar un baño de playa después de ver el amanecer ¡excelente!, pero como hay que levantarse oscurito les aconsejo poner la alarma del celular en lugar de pedir que los despierten, pues en vez de darnos una llamadita por teléfono, nos enviaron al jardinero que es enorme, golpea la puerta durísimo como si uno fuera sordo y tiene un vozarrón que asusta… Sin embargo, eso también forma parte de la idiosincrasia del ´raizal´ y de las inolvidables anécdotas. Y si quieren jurungar un poco más, pedir cotización y ver la posibilidad de celebrar allí una boda o disfrutar de una escapadita o la luna de miel, he aquí el site www.hotelsanluisvillage.com.

Arriba, desayunando en San Luis Village, y abajo, en la playita del hotel

Para referencia, les cuento que nuestro itinerario incluyó la visita a otros hoteles buenísimos que se pueden recomendar. También en el área de San Luis estuvimos en el CocoPlum, un hotelito delicioso tipo campestre full de palmeras frente al Mar Caribe, donde además de todos los deportes acuáticos, también se realizan bodas. El site para investigar paquetes, planes y tarifas es www.cocoplumhotel.com.
Beatrice, Yamel, Alejandro y yo, felicisimos en CocoPlum Hotel

Luego nos fuimos al Hotel Casablanca ubicado sobre el paseo peatonal La Playa  en pleno centro de San Andrés, cerquita de todos los comercios del Puerto Libre donde se consiguen perfumes, licores y electrodomésticos a excelentes precios. Además de acceso directo a la playa, Casablanca tiene piscinas, cafetería, restaurantes, terrazas para disfrutar del atardecer, actividades recreativas, música en vivo y mucho mas, por lo que a mi modo de ver es ideal para ir en familia. Y por su excelente ubicación, después de la cena uno puede irse caminando a las tiendas, a la discoteca, al cine, al casino o adonde le apetezca. Su site www.hotelcasablancasanandres.com.

Arriba, vista a la playita desde Casablanca Hotel,
y abajo, el estar de una suite visto desde la planta alta


Y como las opciones son amplias, también les cuento de Casa Harb que tiene un concepto de alojamiento totalmente diferente, sobrio, privado e ideal para parejitas, pues además de piscina, restaurante y demás servicios de lujo, su oferta de hospedaje se limita a cinco suites divinamente decoradas al estilo asiático con piezas únicas que Jak, su dueño, trae de los lugares más recónditos del planeta para imprimirle a su vieja casa familiar ahora convertida en posada, un sello de exclusividad y distinción. Aunque no tuve la oportunidad de ver el ocaso desde Casa Harb, me dicen que es uno de los mejores ángulos de la isla para disfrutar del atardecer frente al mar, en el sector La Rocosa, a 10 minutos del centro de San Andrés. Su site www.casaharb.com.

Arriba, la recepcion de Casa Harb, y abajo, una de sus exclusivas suites

Y después de darnos un paseo por algunas opciones de hospedaje, vámonos para la playa, que eso es lo que sobra en San Andrés donde hay sol el año entero, una temperatura permanente que oscila entre 27 y 30 grados centígrados, una brisa que no deja nunca de soplar y un ´cocoloco´ esperándonos…

Beatrice fajada con su CocoLoco
Bahía Sardinas, la playita que esta frente al Hotel Casablanca, es quizás la más concurrida de la isla por su blanca arena coralina, sus aguas transparentes y su excelente ubicación en el área urbana, comercial y turística de San Andrés, justo en la cabecita del Caballito de Mar, como se observa en el mapa.

El COCO... un tesoro en San Andres

Bajandito por el ´down town´ se encuentra uno con el muelle desde donde parten las lanchas hacia el Parque Regional Johnny Cay, que es el balneario más famoso de la isla por aquello del sabor a reggae impregnado de ´paz y amor´ que cautiva de inmediato, y lo deja a uno atrapado entre las palmeras, el agua cristalina, la calidez de su gente, la atmósfera rastasfari, y el cocoloco que cuidadito y le funde la azotea...  

Bibis no se aguanto y me encaramo la peluca Rastafari...

Haciendo una conversión monetaria quizás un poco a la ligera de pesos colombianos a dólares americanos ($), el costo de la entrada al parque es de $1 y el transporte en la lancha que lleva y trae es de $5, todo por persona. La oferta gastronómica es amplia y deliciosa, siempre y cuando le gusten los frutos del mar, pues la cosa va desde riquísimas empanaditas de cangrejo hasta una sustanciosa langosta, pasando por otros mariscos, moluscos, crustáceos y varios tipos de pescado, para que cada quien seleccione el menú de acuerdo a sus preferencias y posibilidades. 


Por un senderito estrecho se camina de un cayo a otro, pero si se resbala, pierde...

De verdad provoca quedarse enraizado en Johnny Cay meneando el cocoloco, pero habría sido un pecado no encaramarnos de nuevo en la lanchita para ir a conocer Haynes Cay, un cayo coralino espectacular para practicar deportes náuticos y desde allí, a través de un sendero delgadito, cruzar a pie los 60 metros que lo separan de El Acuario, otro islote buenísimo para hacer snorkel y darse banquete observando la vida bajo el agua.
Ye en El Acuario

Hablando de hurgar en las profundidades del mar, San Andrés se ha convertido en uno de los lugares predilectos de los aficionados al buceo, pues el cementerio que dejó el naufragio de barcos piratas y corsarios siglos atrás, fue poco a poco rodeado de arrecifes que luego se convirtieron en el hábitat de una importante diversidad de especies marinas que vale la pena husmear.

Y como para todas estas aventuras hay posibilidades en San Andrés, nosotros también nos fuimos al fondo del mar con la gente de Banda Dive Shop, luego de hacer un breve curso de iniciación teórico/práctico, pues ninguno tenía experiencia en estas lides, para completar una maravillosa experiencia que duró en total unas 4 horas. A modo de referencia, este Mini Curso de Buceo para Aprendices tiene un costo aproximado a los $70 e incluye instrucción, ejercicios de entrenamiento a la orilla del mar, salida en lancha e inmersión a una profundidad de máximo 10 metros durante entre 30 y 45 minutos.


Y para los que están planeando boda y quieren hacer algo diferente que de verdad tenga que ver con aquello de ´echarse al agua´, en San Andrés tienen la oportunidad de celebrar su matrimonio en el fondo del mar, para lo cual hay ofertas muy interesantes que incluyen hasta minicurso ´de buceo´ prematrimonial. Además de platica, para casarse allá lo único que necesita la pareja es presentar su pasaporte. Por acá les dejo este site www.bandadiveshop.com a ver qué consiguen.

Aca en pleno entrenamiento...

Islotes y cayos hay por montones en San Andrés, pero el que desee ver mas allá, puede darse un saltico a Providencia o a Santa Catalina tomando un vuelo interno o contratando una embarcación. Nosotros nos quedamos en la isla y disfrutamos, entre tanto más, la Piscinita… Allí uno llega al muelle y baja por unas escaleritas hasta echarse al mar con una careta para observar los peces. No es una playa con orilla y arena, sino un balneario de aguas quietas, ideal para nadar y hacer snorkel.



Arriba y abajo, en La Piscinita

En toda la puntica sur de la isla, en la cola del Caballito de Mar, hay una cosa que se llama ´El Hoyo Soplador´ que el raizal muere por mostrar a los turistas, y nosotros no fuimos la excepción… Sin embargo, debo confesar que no tuvimos la suerte de ver en acción este fenómeno natural que arroja agua a presión hasta una altura de 2 metros, y por eso esta fotografía que muestro no es mía sino ajena.


Antes de contarles lo mejor de la gastronomía sanandresana, y de paso darnos un banquetazo, es imperdible ir de visita a la Casa Museo Isleña, donde es muy divertido ver a las morenazas contar cómo era la vida de sus ancestros, mientras se pasean por la casa llena de cosas de antaño, para luego invitar a los visitantes, ¡casi forzarlos! a menear las caderas al son de un ritmo africano, para entonces dar por terminada esa visita al pasado. 







Y por unos $5 tiene que hurgar en La Cueva de Morgan, que según la leyenda fue el lugar donde este pirata escondió un tesoro que, por cierto, nadie ha encontrado jamás…pero vale la pena echarle un vistazo al museo que los nativos tienen allí, observar la mole de coral ya bastante desgastada por el efecto del agua de mar, escuchar las historias y disfrutar, al final del recorrido, de una copita de licor de coco elaborado por el raizal. Dato válido: allí compre un frasco de Miel de Abejas sencillamente excelente…


Ay Morgan... ¡que susto!




El coco es uno de los protagonistas importantes en la gastronomía de San Andrés, pues si no es para comer al natural, es la base de bebidas, postres y manjares, así como del Arroz con Frijoles que se prepara además con ají picante, azúcar, pimienta, ajo, cebolla y pimentón, y de sopas como el típico Rondón o ´Rundown´, plato principal del menú isleño que puedo describir al pelo aunque no tuve chance de degustarlo, muy lamentablemente. Me contaron los nativos que se trata de un guiso de pescado y caracol con colita salada de cerdo, y yuca, ñame, auyama, plátano verde, orégano, albahaca, cebolla y pimienta, todo preparado en leche de coco. Y para completar las calorías, los platos principales lo sirven acompañados de ´Dumpling´ o empanaditas de trigo, y las tortas de banana. Otro imperdible es el delicioso Arroz con Coco que también acompaña casi cualquier plato que le sirvan en San Andrés, y lo que les recomendaría es probarlo en varios lugares, pues cada quien tiene su propia sazón y cada uno es mejor que el otro, así como las albóndigas de pescado que también tienen su encanto.

Además de todas estas delicias típicas, por supuesto la oferta gastronómica incluye otro tipo de preparación de pescados, cangrejos, langostinos, langostas y afines. Y he acá los lugares que les puedo recomendar con los ojos cerrados para darse un banquetazo…

Pida lo que guste, que el raizal lo complacera...

´El Rincón de la Langosta´, que además de un menú exquisito y una excelente atención, tiene una espectacular vista al mar y un atardecer de película.
´La Regatta´ es otro restaurante que vale la pena conocer, pues además de su exquisita gastronomía, el ambiente es supremamente acogedor, a media luz y sostenido sobre pilotes en el mar, ¿se lo imaginan?... ¡Y allí me comí una langosta que ni les cuento! http://es.restaurantelaregatta.com.

Esta langostica que se ve alli fue la que me comi en La Regatta

´Gourmet Shop Assho´ es ideal para ir por una buena copa de vino, o quizás por más de una, asegurándoles que encontrara en su vinoteca un listón enorme de opciones para acompañar un buen plato de su menú de comida internacional, donde destacan, por supuesto, los frutos del mar, además de carnes, pollos, pastas y ensaladitas gourmet. Ellos están ubicados frente a la Plaza La Barracuda, muy emblemática, y su email para más información es assho16@hotmail.com.

Gourmet Shop Assho, de verdad muy acogedor y la comida excelente

En las playas hay infinidad de lugares para comer rico, pero si quieren hacerlo sin moverse de su ´tumbona´, seguro les pasaran por enfrente un montón de gente ofreciéndoles empanaditas de cangrejo, tortas de banana, bolitas de coco y las mejores cocadas del mundo…


Y aca me despido hasta la proxima entrega cuando les cuente todo lo que pueden hacer en Bogota, que de verdad es una ciudad lindisima, de gente amable y cafe delicioso...



Y les digo Hasta Pronto junto a este Raizal Sanandresano, que ademas de Español e Ingles, se hace ´desentender´ por mi cuando habla ´Creole´, la lengua nativa que se inventaron hace siglos para que los ´conquistadores´ no los entendieran...